Clemente VII: la Cuestión Real y fin de su papado (III)

Otra de las situaciones más importantes que caracterizaron el pontificado del papa Clemente VII fue la Cuestión Real de Enrique VIII, cuya consecuencia directa desencadenó el cisma de la Iglesia de Inglaterra.

El rey inglés, casado por santo matrimonio con Catalina de Aragón –hija de los Reyes Católicos y tía del emperador Carlos V— decidió, en el año 1527, pedir la anulación de su matrimonio por no haberle dado un heredero varón. Esto se convertiría en la obsesión del Enrique VIII durante seis años.

El Canciller Real de Enrique VIII, el cardenal Thomas Wolsey recomendó al rey que apelara a Roma la nulidad del matrimonio. Situación complicada para el rey, pues Clemente VII se encontraba retenido en Roma por Carlos V. Dar la nulidad a Enrique suponía desheredar a la hija que tenía con Catalina, María, y por tanto prima del emperador Carlos V y, además, declarar ilegal la dispensa anterior por la que su matrimonio se podía consumar, ya que Catalina estaba casada con su hermano mayor, Arturo Tudor.

Se realizó un juicio del caso en Inglaterra, que no tuvo resolución, pues Clemente VII intercedió y pidió que el asunto se trasladase a Roma. Enrique VIII, tras prescindir de Wolsey, colocó al humanista Tomás Moró al mando de las negociones. Craso error, puesto que Tomás era un ferviente católico y se oponía al divorcio real, por lo que acabó dimitiendo en 1532. Sería sustituido por Thomas Cromwell, de inclinaciones protestantes, que le ofreció a Enrique la siguiente solución: obtener la anulación de su matrimonio en Inglaterra y por parte de su propia Iglesia. Es decir, se requería abolir la jurisdicción papal y separar la Iglesia inglesa de Roma. Con la aprobación del Parlamento inglés, se realizó la separación paulatina de ambas iglesias. Clemente VII continuó negándose a intervenir directamente en el asunto del divorcio, pero nombró a Thomas Cranmer, candidato de Enrique VIII, como arzobispo de Canterbury, el puesto más alto de la Iglesia de Inglaterra, y este declaró nulo el matrimonio de Enrique con Catalina en 1533. Finalmente, Clemente VII excomulgó a Enrique VIII, sin éxito alguno, pues la separación de ambas Iglesias ya no tenía marcha atrás.

No obstante, y en cuanto a los aspectos eclesiásticos de su papado, hemos de decir que no destacó por encima de otros papas anteriores, aun así, su pontificado fue correcto. Realizó dos reformas franciscanas, la de los capuchinos y la de los recoletos. Como miembro de la familia Médici, destacó como mecenas y patrón del arte, poseyendo un gusto excelente. El papa, fue un consecuente patrón de Rafael Sanzio y de Miguel Ángel, a quien mandó pintar el gran fresco El Juicio Final en la Capilla Sixtina. Finalmente, Clemente VII fallecería en Roma en el año 1534.

Figura 1. El juicio de la Reina Catalina de Aragón (O'Neil, 1846-1848).

Webgrafía:
Bibliografía:
  • Moncayo, J. (2009). Una nueva Inglaterra. Historia y Vida, 500, 66-75.

Comentarios

Entradas populares